Y yo, año tras año, encuentro argumentos para cambiar el destino, por qué en el fondo ni Mérida ni Extremadura, eran para mi un destino deseable.
De hecho, mi idea era no poner los pies ahí nunca en la vida, para que nos vamos a engañar.
Pero por cazurra que pueda llegar a ser una, al final, la acaban convenciendo, más si le esgrimen eso de:
-Hace 5 años que quiero ir a Mérida y este año, he decidido que QUIERO ir a Mérida (dicho en un tono que no permite vacilación moral alguna).
Así que nada, tuve que aceptar que este año tocaba Mérida, sí o sí.
Y como dicen que rectificar es de sabios, yo, he de asumir mi profunda estupidez a la hora de negarme a visitar esta ciudad de la que solo puedo decir cosas buenas.
Nos trataron maravillosamente, con simpatía y mucha dedicación e interés.
En Mérida se toman el turismo con ganas y tratan a los turistas con mucho cariño.
Para abrir boca, os dejo un pupurrí de fotos, para ir pasando en los siguientes días a la Mérida monumental famosa en el mundo entero.

Por 6€, te ofrecían un buen plato con el que descubrir si la fama es merecida.
Ni que decir que los picatostes esos fueron completamente ignorados, la manía esta de comer pan con el jamón no la he compartido en la vida...
Por si lo queréis saber, sí, este fue el mejor jamón que hemos comido en la vida, estaba deliciosamente espectacular.

Aquí estaban un poco así, este solar había sido un cuartel y ahora estaban en pleno proceso excavatorio.
Esta especie de torre estaba en una de las esquinas y ni qué decir que me encantó.

Llegamos a Sevilla en avión y tomamos un tren hasta Mérida. El tren tiene una frecuencia de un viaje al día, el trayecto dura unas 5 horas y cuarto y va por unas vías donde un labriego andando tranquilamente va más rápido.
Algunos de los tramos que recorre son angustiosamente estrechos y puedes pasar mucho rato sin ver más que campos y más campos.
De repente y abruptamente, aparece una aldea de la nada y desaparece en unos instantes.
De este viaje en tren, que realizamos casi en su totalidad solos en el vagón, guardo tal vez uno de los mejores recuerdos de todo el viaje en general, a pesar de lo pesado del trayecto, estábamos hipnotizados por los paisajes que se iban sucediendo, sintiendo durante la travesía una fuerte sensación de aislamiento.
10 comentarios:
@Ender: ¿jamón? ¿En Mérida tienen jamón? XD
[LOL: es un chiste privado, que nadie intente comprendernos...]
Yo también me acordé de ti al hacer la entrada :P
Sí, sí, en Extremadura también tienen jamón :DDDDDDDDDDDDD
@Ender: leñe... me está entrando un hambre... uno nunca tiene pan y tomate cuando lo necesita :D
¡Ñam, ñam!
El jamón se come sin pan, hereje!!!!!
Bueno, sólo el bueno, el normalillo con pan con tomate of course :D
@Ender: nada, nada. En mi pueblo lo comemos con pan y vino. Y hay que reconocer que con melón también está bueno...
A mi lo que me pasa es que siempre que lo he comido con melón era jamón trallero y no magustao.
Ya lo dice mi madre, que para ser lo pobre que soy tengo gustos de rica que nunca seré XD
Pos claro, y con vino.
Por qué en Cataluña también tenemos vino, por si no lo sabes...
@Ender: vaya... yo que pensaba llevarme un DonSimón la próxima vez que os visitase :D
No mejor nos traes un vino con DO de Madrid.
@Ender: pues eso: un DO Nsimón XD
Ahhhh, claro, Don Simón es el vino propio de los Madriles? XD
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