Nosotros nos hospedábamos muy cerca, y habíamos pasado por delante varias veces, pero reservamos una tarde entera para poder visitarlo con tranquilidad.
Si eres un amante de los gatos, estás de suerte, por qué el lugar es bonito y encima está lleno de gatos que te observan en silencio mientras te acercas y aunque no van a salir corriendo nada más verte, tampoco se mueren de ganas por qué vayas a molestarlos.
La mejor hora para visitar este recinto es el atardecer, hacía una temperatura excelente, y las vistas al mar y la ciudad eran espectaculares, sin duda.
El castillo es grande así que hay que dedicarle al menos dos horas para visitarlo completemente, aunque mejor si son tres y te puedes sentar por todos sus rincones y disfrutar de un lugar tan encantador.
Eso sí, la zona de las almenas, no es apta para miedosos a las alturas, una caída desde allí arriba puede ser fatal y aunque está todo en perfecto estado las barabdillas y de más no es lo que más abundan, a mi que las alturas no me chiflan precisamente, me hicieron pasar un mal rato.
Puerta al recinto del Castelo de San Jorge
Detalle del santo
Uno de los monumentos
Vista desde el castillo
Vista desde el castillo
Detalle de uno de los cañones
Vista desde el castillo
Detalle de un arco
Una de las puertas
Otra de las puertas
Vista general de la ciudad
Vista general de la ciudad y el mar
Detalle de uno de los cañones
La ciudad
Paseo de arcos
Detalle de uno de los arcos
Detalle de uno de los arcos
Lo de la farola es un gato
Los muros del castillo
El mar al fondo
Gato gordo y satisfecho acompañado de fuente
Gato acompañado de ruina
Detalle del gato guapísimo
Parte del muro
Una de las torres
Pozo
Parte del muro
Escaleras hacia las almenas
Pasoe por las almenas
Ventana de la almena
Ventana de la almena
Vista general
Camino por las almenas
Detalle del muro
Vista desde las almenas
Parte del muro
Pavo real
Parte del muro y una torre
Vista general del muro
Gato negro, no muy dispuesto a apartarse
Composición abstracta de pavo real y gato
Detalle
Detalle de fuente
Detalle de ventana
Flor de Hibisco
Flor de Hibisco
Ni se enteró de mi presencia y menos de las fotos
Detalle de puerta justo al atardecer
Ya nos íbamos
Detalle del santo
Uno de los monumentos
Vista desde el castillo
Vista desde el castillo
Detalle de uno de los cañones
Vista desde el castillo
Detalle de un arco
Una de las puertas
Otra de las puertas
Vista general de la ciudad
Vista general de la ciudad y el mar
Detalle de uno de los cañones
La ciudad
Paseo de arcos
Detalle de uno de los arcos
Detalle de uno de los arcos
Lo de la farola es un gato
Los muros del castillo
El mar al fondo
Gato gordo y satisfecho acompañado de fuente
Gato acompañado de ruina
Detalle del gato guapísimo
Parte del muro
Una de las torres
Pozo
Parte del muro
Escaleras hacia las almenas
Pasoe por las almenas
Ventana de la almena
Ventana de la almena
Vista general
Camino por las almenas
Detalle del muro
Vista desde las almenas
Parte del muro
Pavo real
Parte del muro y una torre
Vista general del muro
Gato negro, no muy dispuesto a apartarse
Composición abstracta de pavo real y gato
Detalle
Detalle de fuente
Detalle de ventana
Flor de Hibisco
Flor de Hibisco
Ni se enteró de mi presencia y menos de las fotos
Detalle de puerta justo al atardecer
Ya nos íbamos
4 comentarios:
¿como pueden ser taaan guapos esos gatos?
^__^
Es que los gatos son guapos en todas partes, tú ya lo sabrás ;D
Te han faltado algunas fotos importantes, pero no importa con esto es un gran pantallazo de las bellezas que se pueden ver en Lisboa.
Seguro que sí, uno siempre se deja de ver cosas en las ciudades a las que va :D
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