Es cómo vivir dos veces

A la vuelta de nuestro viaje a Marruecos, más mío que nada, ya que fuí yo la que estuvo 12 días, sentados en la terraza comunitaria en casa de unos amigos, a la luz de las velas, bebiendo unas copas de vino, de madrugada, después de una cena maravillosa, empezamos a hablar de cómo había sido la estancia por aquellas tierras.

Mientras desgranábamos recuerdos, uno de los contertulios, emocionado e inspirado por la esencia del viajar en sí mismo, nos dijo aquello de; -ya lo decía el poeta, viajar, es cómo vivir dos veces.

La frase, me pareció de lo más acertada, de hecho, estuvo semanas rondándome por la cabeza, para qué podrá servir esta bella frase, me preguntaba, hasta que nació este blog y supe que nombre debía llevar.

Así que, aquí está parte de esa segunda vida.

lunes, 12 de abril de 2010

Pozos de nieve, Mérida

Los Pozos de nieve constan de las siguientes construcciones:
-Pozos de nieve, S. del I al IV d. C.
-Termas, S. del I al IV d. C.
-Pozo de nieve, S. XVIII
En este recinto se pueden ver los restos de un gran edificio industrial, que fue construido por los romanos para ser usado como pozo de nieve.
Posteriormente se reformó en parte para construir unos baños.
Los visigodos construyeron viviendas y en la época islámica hubo enterramientos.
En el S. XVIII recuperó su uso como pozo de nieve.

En la época romana este solar se hallaba fuera de la muralla de la ciudad y cerca de aquí pasaba uno de los acuéductos que llevaban agua a la ciudad.
Este complejo fue en parte subterráneo, a finales del S. XVIII aún eran visibles algunas estructuras conocidas popularmente como portezuelas, que acabaron por dar nombre al barrio.
Se conservan tres depósitos subterráneos que estuvieron techados y conectados entre sí por puerta y canales.

En estos depósitos se almacenaba la nieve traída de otros lugares además del hielo producido en invierno en estas instalaciones.

Este complejo está excavado en la roca, y para su construcción se utilizó cal, arena y roca desmenuzada, utilizando la técnica del encofrado.
Existía una galería en zig zag que comunicaba los depósitos, este recorrido evitaba las corrientes de aire lo que favorecía la conservación de la nieve.
Los muros eran elevados y sin muchas aberturas, para la mejor conservación de la nieve.
Estas instalaciones tuvieron varias reformas y ampliaciones durante el período romano.
Esta zona en la época romana estaba ocupada por unos baños públicos y el abastecimiento de agua se hacía desde unos acueductos cercanos.
Mientrastanto continuaban funcionando los pozos de nieve.
Había una sala de vapor parecida a las saunas actuales, el calor se generaba en una cámara de fuego subterránea y circulaba a través de las cámaras de aire.
Detalle de un gato meridense y pocero.
La sala de vapor se orientó al sur para aprovechar al máximo la luz del sol.
Sabemos que hubo otras habitaciones de baños calientes.
No se han encontrado hasta el momento las zonas de aguas frías y templadas aunque debieron existir.
Detalle de una de las habitaciones de los baños.
En el S. XVIII se generalizó el uso de la nieve para conservar alimentos, enfriar bebidas y aliviar enfermedades.
La nieve llegaba a Mérida desde la sierra del norte de Cáceres, en bloques de hielo trasportados por carros.

*Fuentes para esta entrada: Información del propio recinto.

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