Cuando uno piensa en viajar, no tienen en mente ir al Parque de Collserola, sobretodo si vive en Barcelona.
Sin embargo, es un destino cercano, en plena naturaleza y con muchas cosas que descubrir.
La ruta, puede ser tan larga o tan corta cómo tú desees o aguantes; la nuestra empezó sobre las 11 en la oficina del parque, dónde nos informamos de las rutas y adquirimos un mapa utilísimo para moverte por el parque, sobretodo teniendo en cuenta, que queremos volver y terminó sobre las 17 en Molins de Rei, sin duda, demasiadas horas para nuestros desacostumbrados cuerpos.
Un lugar para hacer una buena parada y dedicarte a perseguir ranas (con la cámara, quiero decir) es el Pantano de Vallvidriera, un lugar que reconoces antes de llegar por los cánticos de estos animales, que se oyen cuando te vas acercando y si estás atento, podrás reconocer los diálogos que intercambian de un lado del pantano al otro.
Más tarde, podrás encontrar, la Pedrera de los pájaros, un recinto cerrado para la observación e identificación de especies de pájaros, en el enlace que os dejo, tenéis la explicación detalla en castellano, tras la catalana.
Una de nuestras últimas paradas, fue el Castillo de Castellciuró, o mejor dicho sus ruinas, un paraje solitario, donde hicimos una larga parada para descansar y visitar detalladamente el lugar.
Si os animáis a hacer alguna de las rutas, sólo tenéis que coger el ferrocarril catalán y bajaros en el Baixador de Vallvidrera.
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