En Berlín, en septiembre hace frío. Lo digo yo y los berlineses que iban más tapaditos que nosotros, que éramos los de fuera.
Lo primero que encontramos al salir de recoger las maletas en el aeropuerto de Tegel, fue un sex shop, es una de esas cosas que le llama la atención a un turista.
Ese mismo día, hicimos una cosa nueva para nosotros, turismo nocturno, sí, eso, visitar sitios de noche y descubrimos que para ser miércoles, las calles berlinesas estaban más llenas de lo que esperábamos, los bares, por descontado, también.
O sea, que nada más llegar, bebimos al estilo alemán, hicimos turismo, terminamos la noche cenando un Dönner super barato y hala, a dormir la mona, que los happy hour, tienen un peligro...
El resto de días, fuimos buenos, caminábamos una media de 7 horas y vimos todo lo que nos dio tiempo, con la ayuda de un mapa y un diccionario, que nuestras amigas alemanas se ahorraron el tour por la ciudad y nos tuvimos que espabilar.
Cosas que nos gustaron? el Spree, que acompañó muchas de nuestras rutas, haciendo de guía y a veces, engañándonos y haciendo que nos perdiéramos, mítico el momento que descubrimos que tenía afluentes y por eso no nos ubicábamos ni a la de tres en el mapa!
La Siegessäule, nos pareció mucho más bonita que en fotos o película y cómo el día estaba nublado, aún parecía más bonita, aunque descubrir cómo llegar a ella lleva su tiempo, nada de cruzar por la calle, sino por los pasos subterráneos, dónde la mitad de las pintadas estaban en spanish...
Cómo no, no podíamos dejar de visitar el memorial a los judíos, Denkmal für die ermordeten Juden Europas, al menos, es un monumento vivo y original, con el que poder interactuar. Visitamos la Puerta de Brandeburgo, Brandenburger Tor, y cómo no, nos trajimos un trozo del falso muro de Berlín, por qué no me cabe a mí en la cabeza que tras tantos años, aún quede muro que vender...
Cómo llevábamos prisa, y nuestro objetivo era el Altes Museum, no entramos a la Catedral de Berlín, o Berliner Dom, justo ese día, hacían un concierto o algo parecido, echamos un vistazo por fuera y de cabeza a ver a Nefertiti.
En las últimas horas, visitamos el Reichstag, aunque la cola kilométrica que había nos hizo desistir de entrar a visitarlo y descubrimos que la gente va a la esplanada que hay justo delante a hacer volar las cometas. Es una comparación imposible de imaginar en España...
Nos sorprendió de Berlín, casi todo; el silencio en todas partes, la falta de masificación tanto del tráfico cómo del transporte público, la presencia de zonas verdes dónde pasear, la amabilidad de los berlineses, en cuanto te ven más de un minuto buscando en el mapa, los tienes ofreciéndote su ayuda, el castigo del carril bici, que está hecho de una manera que no se ve mucho y si vas con Don Despistado cómo yo, estuvo 5 días caminando exclusivamente por el carril bici, escuchando a cada momento mi voz repitiendo eso de, vas por el carril bici, vas por el carril bici...
También nos sorprendió la vida nocturna, salimos todos los días, y daba igual, siempre había gente por ahí, en los bares, en las calles, pero no decían que los alemanes eran aburridos y serios????
Otra cosa que nos pareció curiosa, aparte de que hay que pagar en todos los baños!!!!!, era la cantidad de rusos y de alemanes de otras partes de Alemania, se entiende, que había visitando la ciudad, creo que nunca había visto tantos rusos juntos, alemanes sí, todos los años en Barcelona, estoy convencida que ahora mismo hay más aquí que en Alemania, jejejeje.
Desde luego, no es una ciudad para visitar en 5 días, cómo además, es una ciudad más barata que Barcelona, por ejemplo, el tema de la comida está genial y si no tienes que pagar alojamiento, cómo nosotros, pues es un viaje perfecto, o casi.
Si sois cómo yo, sensibles a los cambios de agua, aunque los berlineses os digan que el agua del grifo está buena, que lo está, no la bebáis, podéis tener algunos encuentros indeseados con el Sr. Roca, así que recordad, que allí el agua con gas la usan para todo, pero que no pasa nada, en el super, la venden sin gas, a recordar; mit Kohlensäure, con gas, ohne Kohlensäure, sin gas.
Sino, podéis evocar la imagen que utiliza el profe de alemán de una amiga para describir a un español en Alemania; dícese de aquel o aquellos sujetos que menean con fuerza una botella para ver si tiene, o no gas, juas, juas, juas.
Es cómo vivir dos veces
A la vuelta de nuestro viaje a Marruecos, más mío que nada, ya que fuí yo la que estuvo 12 días, sentados en la terraza comunitaria en casa de unos amigos, a la luz de las velas, bebiendo unas copas de vino, de madrugada, después de una cena maravillosa, empezamos a hablar de cómo había sido la estancia por aquellas tierras.
Mientras desgranábamos recuerdos, uno de los contertulios, emocionado e inspirado por la esencia del viajar en sí mismo, nos dijo aquello de; -ya lo decía el poeta, viajar, es cómo vivir dos veces.
La frase, me pareció de lo más acertada, de hecho, estuvo semanas rondándome por la cabeza, para qué podrá servir esta bella frase, me preguntaba, hasta que nació este blog y supe que nombre debía llevar.
Así que, aquí está parte de esa segunda vida.
Mientras desgranábamos recuerdos, uno de los contertulios, emocionado e inspirado por la esencia del viajar en sí mismo, nos dijo aquello de; -ya lo decía el poeta, viajar, es cómo vivir dos veces.
La frase, me pareció de lo más acertada, de hecho, estuvo semanas rondándome por la cabeza, para qué podrá servir esta bella frase, me preguntaba, hasta que nació este blog y supe que nombre debía llevar.
Así que, aquí está parte de esa segunda vida.
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2 comentarios:
oh nice :X
Thanks!
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